Ya es Navidad...
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Quizás sea la Navidad uno de los momento del año -junto al torrido Agosto- en el que más leemos. Las razones son múltiples, desde mi punto de vista. Sin querer darle una jerarquía, podrían ser el crudo invierno que solemos sufrir, con bajas temperaturas que animan a recogerse en casa con un café caliente y un buen libro; la vorágine consumista navideña que lleva a convertir al libro en un regalo tópico cuando no se tiene la imaginación suficiente para regalar otra cosa -muchos lo leen, otros solo lo empiezan...-; el recogimiento que propician las vacaciones, lejos del duro tragín cotidiano, que invita a descansar abrazado a un libro o a sumergirse en su lectura en un acto de sublime descanso; la tarea, el trabajo, los deberes, siempre omnipresentes en vacaciones y siempre vinculados a la lectura. En fin, a cualquiera de vosotros, seguro, se os ocurrirían mil y una razones por las que la Navidad se relaciona con la lectura.
Nosotros os proponemos otra forma de leer, cada vez m…
Quizás sea la Navidad uno de los momento del año -junto al torrido Agosto- en el que más leemos. Las razones son múltiples, desde mi punto de vista. Sin querer darle una jerarquía, podrían ser el crudo invierno que solemos sufrir, con bajas temperaturas que animan a recogerse en casa con un café caliente y un buen libro; la vorágine consumista navideña que lleva a convertir al libro en un regalo tópico cuando no se tiene la imaginación suficiente para regalar otra cosa -muchos lo leen, otros solo lo empiezan...-; el recogimiento que propician las vacaciones, lejos del duro tragín cotidiano, que invita a descansar abrazado a un libro o a sumergirse en su lectura en un acto de sublime descanso; la tarea, el trabajo, los deberes, siempre omnipresentes en vacaciones y siempre vinculados a la lectura. En fin, a cualquiera de vosotros, seguro, se os ocurrirían mil y una razones por las que la Navidad se relaciona con la lectura.
Nosotros os proponemos otra forma de leer, cada vez m…